lunes, 27 de octubre de 2008

Tercer viaje:Norteamerica

Despues de meses de reparaciones y pruebas fallidas el Arco de Cronos volvio a funcionar a plena potencia. El viaje esta vez nos llevo a la Norteamerica de hace 70 millones de años atras.
Aparecimos en la rivera de un rio, que se dividia en pequeños meandros, alejandose en el horizonte. El rio estaba plagado de pequeños peces azulados y tambien en el lecho del rio se podian ver algunos moluscos de diversas formas. El agua era cristalina y su fluir resonaba a lo largo de la extensa orilla.

A nuestra derecha habia un rebaño de Saurolophus,bebiendo y bramando tras ver nuestras figuras, y nuestro equipamiento; debiamos ejercer la menor presencia en los animales y no alterar su entorno de ninguna manera. Algunos de estos hadrosaurios estaban metidos totalmente en el agua del rio arrancando vegetacion de la orilla y del fondo del cauce. A la derecha un pequeño grupo de Ankylosaurios pacia en una pequeña zona con vegetacion, parecian distraidos de todo lo que sucedia a su alrededor. Empezamos a tomar notas y a recoger muestras del suelo, a hacer dibujos y a fotografiar las cercanias, siempre eso si con extremo cuidado,tanto como para los dinosaurios que nos observaban como para nosotros mismos.
Estuvimos casi 4 horas alli, comlpletamente absortos con aquellas maravillas,hasta que algo crujio en un bosque cercano.
Los pico de pato lanzaron al aire bramidos, otro grupo mas distante hizo una replica del sonido y otra mas se ollo en la lejania. Los Ankulosaurios se levantaron de un leve sueño,era evidente que la caida del sol provocaba somnolencia en los animales,y empezaron a olfatera el aire a traves de sus narices. Sucedio algo en ellos que ninguno sabia con seguridad si era cierto o no, hasta ese momento; el reptil acorazado mas grande rugio hacia una zona del bosque del cual provino el ruido, y fue entonces cunado su piel se torno mas oscuro, adquiriendo casi un tono sangriento. Rugio con mas intensidad, mientras los demas miembros de su manada se disponian a levantar sus colas reforzadas con un remate oseo para golpear al invisible atacante.
De entre los arboles aparecio un solitario Tiranosaurio, rugiendo con la cabeza baja, retando al lider Ankylosaurio.
Tras unos instantes de incertidumbre el carnivoro se lanzo hacia su presa, y mordio su espalda, al tiempo que otro ankylosaurio oscilaba su cola para impactar en el muslo del agresor, un tercer defensor propino un placaje a las piernas del atacante y lo tumbo en el suelo. La retirada del Tiranosaurio fue inminente, se alejaba cojeando bosque adentro. Era un animal hambriento, posiblemente un joven desesperado por llevarse un bocado a la boca. La paz volvio a reinar en la rivera del rio otra vez; y con aquella paz conseguida nos volvimos a casa.

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